En menos de 2 décadas el “sol naciente” ilumina plenamente el mundo futbolístico. La selección japonesa es cada vez más reconocida en el ámbito internacional, y este año vienen con una mentalidad renovada. Bajo el mando de un italiano buscan dejar atrás su imagen de pequeños androides para ser vistos como fantasistas y creadores de buen juego.
Historia
A la selección japonesa le tomó casi un siglo ser reconocida en el mundo futbolístico. Esperaron hasta 1991 para formar su primera liga profesional, seguramente por la influencia de “Supercampeones”, cuyos episodios empezaron a emitirse unos 7 años antes. Al tener jugadores que jugaban por algo más que el simple amor al deporte empezaron a obtener resultados favorables.
La primera clasificación que tomaron en serio fue la de 1994, llegando a la última fecha como punteros y teniendo que jugar en Irak el último partido. Estaban ganando el partido hasta el minuto 91, donde los iraquíes convirtieron un gol de cabeza y dejaron afuera a los “samurái”. Para colmo el equipo que si clasificó gracias a este gol fue su gran rival, Corea del Sur. Por suerte para los jugadores las épocas modernas ya no exigían un harakiri por haber decepcionado a una nación (algo que sí pasaba con los jugadores de Irak).
Para 1998 finalmente rompieron su himen (?) mundialista, aunque quedaron en la primera ronda. En el siguiente Mundial ya se esperaba más de ellos, ya que iban a ser anfitriones. No defraudaron al llegar a Octavos, pero ahí perdieron con Turquía, demostrando que los coreanos tienen mejor contacto con los árbitros para poder avanzar ante rivales más difíciles. En 2006 de vuelta quedaron en fase de grupos.
Al llegar a Sudáfrica 2010 pudieron sorprender dejando fuera a supuestos equipos fuertes como Dinamarca y Camerún. En Octavos se enfrentaron a Paraguay, partido que terminó en penales después de unos 120 minutos aburridos como pocos. Gracias al penal fallado por Yuichi Komano y el que si convirtió “Tacuara” Cardozo, los albirrojos pudieron pasar a Cuartos y quedar tan cerca de eliminar a España.
Aparte de este partido Japón ya visitó Paraguay al jugar la Copa América de 1999. La selección agradeció que hayan aceptado la invitación con un 4 a 0 en el Defensores del Chaco.
https://www.youtube.com/watch?v=jwUG-kEvWoM
Japón ha tenido el “honor” de ser el primer equipo clasificado para los últimos 3 Mundiales, lo que muestra que no tienen tanta competencia de alto nivel en Asia. Fueron sorteados en el grupo C, junto a Colombia, Grecia y Costa de Marfil.
Técnico
El encargado de afilar las espadas samurái es el italiano Alberto Zaccheroni, a cargo de la selección desde hace 4 años. Antes de aparecer por tierras niponas desarrolló toda su carrera de técnico en Italia, donde se destacó en Udinese y en el AC Milan, pero solo en la temporada 1998-1999. Desde ese año solamente dirigió equipos que fueron grandes decepciones, por lo que a muchos sorprendió que haya sido contratado para liderar una selección. A pesar de tener currículo de técnico fracasado se lo debe felicitar por cambiar el estereotipo que el estilo japonés es muy robótico y predecible, sin magia.
Táctica
En los últimos tiempos el equipo japonés siempre ha sorprendido con su sistema ofensivo, basado en un 4-2-3-1. El eje de su esquema son los 3 mediocampistas ofensivos, quienes van tejiendo entre las líneas rivales para armar jugadas de gol. Aprovechando la buena técnica y capacidad de decisión de los mediocampistas, todo el juego se basa en buscarles lugar, normalmente a través del medio, para que puedan dar pases y encarar a la defensa. Para ayudarlos a abrir la cancha siempre suben los laterales, arrastrando así a los rivales para el costado.
Obviamente esta mentalidad crea un sistema casi kamikaze. Sus 2 volantes de contención también tienen tendencias a subir, dejando a los pobres centrales totalmente expuestos a los ataques rivales. También les afecta su incapacidad de convertir las situaciones peligrosas en goles, la falta de altura para marcar en pelotas paradas y la falta de ritmo de varios jugadores, especialmente en la defensa.
Plantel
Hay 2 figuras que son sobresalientes por encima de todos en este equipo: Shinji Kagawa (Manchester United) y Keisuke Honda (AC Milan), el equivalente al tándem Oliver Atom/Tom Misaki. Kagawa es el jugador más conocido, pero Honda es el encargado de manejar los hilos del equipo, jugando casi como un falso 9 para arrastrar a los rivales lejos del área. Su apellido seguramente será el blanco de toda clase de chistes, por ejemplo ser el “motor” del equipo, el que conduce la ofensiva, de piletas y su profundidad, entre varios otros más.
Kagawa y Shinji Okazaki se combinan con Honda y tratan de llegar al área, pero tienen problemas con la definición. Falta un Steve Hyuga que pueda romper las redes con un tiro de tigre. En lugar de eso tienen a Yoshito Okubo (Kawasaki Frontale) o Yuya Osako (Colonia), quienes tendrán que levantar su nivel para que Japón aspire a algo.
Si el Mundial significaba enfrentar a un equipo de 55 niños, Japón saldría campeón, gracias al juego colectivo de Kagawa y Hiroshi Kiyotake (Nurnberg), demostrado en este video:
https://www.youtube.com/watch?v=XICoCI20o-E
Los laterales encargados de abrir la cancha son los que cumplen el rol de Bruce Harper: Atsuto Uchida (Schalke 04) y Yuri Nagatomo (Inter). Ambos tienen mucha capacidad para correr todo el partido, pero no les da el cuero para cubrir todo el costado por si solos. Para ayudarlos están los volantes recuperadores, específicamente Makoto Hasebe (Eintracht Frankfurt), quien está recuperándose de una lesión de rodilla.
El punto débil son sus centrales, porque Maya Yoshida (Southampton), el único jugador que se destaca en esa zona, apenas ha jugado 8 partidos en la temporada. Las demás opciones son jugadores con poca experiencia que juegan en la liga japonesa. Necesitan a un gigante al estilo Victor Hiroshi. En el arco tienen al experimentado Eiji Kawashima (Standard Lieja), que da mucha seguridad, pero le falta mucho para ser un Benji Price.
Perfil del hincha
Todos los niños que crecieron viendo televisión en los 90 tienen un lugarcito especial en su corazón para el equipo japonés gracias a Supercampeones. El amor por la pelota y todo lo que viene con ella nunca fue el mismo desde que uno esperaba el horario para que empiece la serie y ver que tiro nuevo harían y como una jugada podía durar varios episodios. Aparte de Supercampeones, el animé es alma y vida del movimiento nerd, así que uno espera que si llenan un local por un fin de semana “otaku”, podrían también juntarse y alentar a la selección del país que tanto (copian) aman.
Al pisar tierras sudamericanas, los hinchas japoneses tendrán la posibilidad de copiar nuevos temas para sus “barras bravas”, como ya lo están haciendo desde hace un tiempo. En esto se asemejan a los paraguayos, que no han encontrado canción argentina que no sea digna de copiar para un cántico.
Conclusión
La selección nipona está aliviada que le tocó uno de los grupos donde no hay ningún claro favorito. Tendrán que enfrentar diferentes estilos, como la potencia física de Costa de Marfil, la técnica y talento de Colombia y la muralla defensiva de Grecia. Si logran darle un mínimo de seguridad defensiva a su estilo de ataque incesante es muy posible que puedan pasar de ronda. A partir de la siguiente ronda los equipos ya serán muy fuertes como para superar a varios, pero son capaces de dar por lo menos una sorpresa. Esperemos que un avance japonés no sea solamente un sueño de un Oliver Atom sin piernas.
PD: Es mentira que Supercampeones termina siendo un sueño de Oliver, quien está en coma y sin piernas por un accidente http://www.publimetro.com.mx/publisport/mito-11-oliver-atom-despierta-sin-piernas/ckVmfe!gaLEW4I9pbza_6h80h6Igg .
