La gente terminó aplaudiendo al equipo de Cerro ayer. Cuando ves que tu equipo deja absolutamente todo, no hay nada -o al menos, queda poco- que reclamar. Más allá de algunos nombres, en general, creo que el plantel se comportó. Creo y defiendo el perfil que Chiqui Arce le quiere dar al equipo. Creo y me mantengo en que se puede intentar siempre proponer jugar. Es cierto, faltan variantes, pero eso es cuestión de ir trabajando. La sensación que quedó ayer en la Olla fue extraña. La tristeza lógica por una eliminación, pero hubo reconocimiento para los jugadores, por lo que dejaron en la cancha.
Hace muchos años que no veía a un Cerro tan protagonista ante un equipo brasileño, que no es la octava maravilla del mundo, pero este plantel de Cruzeiro está valuado en 64,7 millones de dólares (claro, con la ligereza habitual de los que ponen precios a jugadores brasileños).
Confío en nuestra defensa, cuyo promedio de edad está entre los 20-23 años, salvo Bonet, pero que sigue corriendo como si tuviera esa edad.
Creo que se debe, por fin, confiar y apostar por un proceso real. Esto es, continuar si es posible con el 90% de este plantel y con la identidad que Chiqui quiere impregnar al equipo. Seguir trabajando en las formativas, hacer que el jugador quiera y defienda los colores. Tener una identidad. En Cerro, el apuro por tener una copa internacional hizo que nunca se haya mantenido un trabajo a largo plazo. Se hicieron muchas veces contrataciones millonarias y exageradas, que a la postre, finalmente no dieron los resultados esperados.
Es cierto que nadie tiene la verdad absoluta en estos casos. Ejemplos sobran y a montones. Equipos que simplemente se dedicaron a comprar jugadores y consiguieron la Copa, o clubes que apostaron muchos años a mantener un estilo/proceso y no tuvieron lo que esperaban. Sin embargo, creo que lo segundo puede ser más productivo. Tener jugadores de la casa, formarlos, sin sueldos exorbitantes que luego haga que el club esté en remate, mantener una administración eficiente y buscar, con una identidad futbolística definida, eso que tanto se anhela.
Ayer Cerro jugó con un equipo conformado con casi el 80% de jugadores de la casa, que tiene muy poca experiencia en partidos internacionales, salvo Dos Santos o Luis Cardozo. Eso hace parte al proceso. Si hay una conducción dirigencial seria, se debería mantener esto y creer en algo, más allá de resultados circunstanciales. Está claro que el problema está en el campo internacional. Este mismo equipo fue campeón Invicto hace apenas unos meses y ahora llegó a octavos de final de una dura competencia. No es todo, pero no es poco. Y en este sentido, me parece que no vale culpar al Chiqui ni a este plantel con las culpas ajenas de años anteriores. Yo confiaría en darles más chance.
No es fácil asimilar esta derrota contra Cruzeiro, pero ojalá sirva para que los jugadores y el propio cuerpo técnico vayan encontrando jerarquía y experiencia.
Eso sí, se perdió un partido, no el sentimiento ni la pasión.
A brillar Ciclón!