Pasó la fecha en la cual un partido acapara todas las miradas y las informaciones: el clásico entre Cerro Porteño y Olimpia. Sin importar que vengan en mal nivel, que los partidos anteriores fueron aburridos o que el partido no tenga importancia, cada clásico representa un mini campeonato para el equipo que lo gana y en especial para sus hinchas, que ganan el derecho de burlarse de los rivales por una semana. Esta vez ese derecho quedó en Barrio Obrero, con una victoria sufrida del Ciclón por 1-0. Aparte del superclásico en esta fecha tuvimos goles fantasmas, técnicos echados y equipos que van cayendo en su nivel o que van confirmando su inconsistencia.
El partido ignorado: General Díaz 0 – Capiatá 2
Si se juega un partido y no hay nadie para verlo, en realidad se puede decir que se ha jugado? Esta es la paradoja que se dio el sábado en el Adrian Jara de Luque, donde solo 190 pagantes presenciaron este partido entre los equipos revelación de los últimos años. Esta vez ni siquiera existía la excusa de jugar entre semana para justificar una asistencia tan pobre, pero bueno, esa es la realidad de nuestro fútbol.
Tras una goleada muy dolorosa, el equipo capiateño pudo resurgir un poco gracias a una victoria. Tras 60 minutos sin mucho que resaltar, el equipo escobero pudo convertir 2 goles en pocos minutos y efectivamente liquidar el partido. El DT de Gral. Díaz, Humberto García, estaba en todo su derecho a decir “que mierda son sea’a” por sus jugadores, ya que no pueden salir del fondo de la tabla, y su estabilidad laboral es cada vez más precaria.
La primera víctima del Apertura: San Lorenzo 1 – Nacional 1
En lo que podría ser un récord para los torneos cortos en nuestro país, recién en la sexta fecha un equipo echó a su técnico. La víctima no fue ninguna sorpresa, ya que Humberto “Loro” Ovelar ya venía con la soga al cuello desde hace varias fechas. El Rayadito finalmente parecía que iba a lograr una victoria gracias a la definición de su único punto resaltante en este trayecto por la primera división: el goleador Adalberto González. Esta ilusión fue tirada al piso por un gol de José Montiel (si, el mismo Montiel de Olimpia el semestre pasado) y el partido terminó en un aburrido empate. Por suerte solo tuvieron que vislumbrar al espectáculo 290 pagantes.
San Lorenzo está cada vez más hundido en el fondo de la tabla del Apertura y del promedio, lugar que se convierte en algo similar a la arena movediza, ya que mientras más tiempo se está ahí, más uno se hunde y cuesta aún más poder salir. A pesar que apenas ha comenzado el campeonato muchos hinchas ya están tirando la toalla. Nacional se encuentra en una mini crisis de personalidad, pero conociendo la manera como se manejan, mantendrán la calma y continuarán en el mismo camino que tanto éxito les ha dado en los úlitmos años. Un comienzo flojo no significa tener que dinamitar el equipo y ellos lo saben mejor que nadie.
Como hizo falta el “ojo de halcón”: Libertad 1 – Guaraní 3
Este sin dudas fue uno de los partidos más entretenidos del campeonato. Tanto el Repollero como el Legendario demostraron por qué ambos están en la Copa Libertadores (sin tomar en cuenta su pobre campaña allí). El partido se jugó con gran intensidad, calidad y criterio por parte de los dos equipos. Guaraní se adelantó con el partido apenas comenzado, gracias a una deficinición de Aguilar. Luego el “Demonio” Bareiro empató rápidamente para Libertad y el local empezó a dominar el trámite del partido.
Todo cambió en 2 minutos, con el tiro de Ángel Cardozo Lucena, que pegó en el travesaño y, según nuestro parecer, picó detrás de la línea. El asistente no convalidó el gol y mientras los liberteños se quejaban con el árbitro, Guaraní aprovechó el contragolpe para que convierta Julián Benitez. La lección: no quedarse llorando y seguir marcando porque el árbitro no va a cambiar su decisión. Luego el goleador implacable que tiene Guaraní, Fernando el “Chatarrero” Fernández, quien encuentra goles donde otros encuentran solo desechos, convirtió el tercero que sentenció el partido.
El Indio continúa con su tendencia de perder partidos fundamentales, para luego obtener grandes resultados que le sirven de poco consuelo. A pesar de haber ganado, los hinchas no pueden olvidar la humillación que sufrieron contra Racing y esperan que el equipo demuestre este mismo nivel en la Libertadores. En cambio Libertad siguen jugando a un estilo de agua mineral, sin sabor a nada. Su estilo no convence, pero siempre se mantienen en la lucha por el campeonato.
Salvados por una gambeta adolescente: Olimpia 0 – Cerro Porteño 1
El clásico, el partido que define el estado de ánimo del 75% de la población por varios días, donde vencer al rival significa el éxtasis y la derrota la ignominia máxima, sin importar que el partido no valga para nada en el campeonato. El primer clásico del año ponía frente a frente a dos equipos necesitados, Olimpia en trayecto ascendente tras dos victorias y Cerro que sigue sin superar la eliminación de la Copa Libertadores.
El trámite del partido fue disparejo. Al inicio Cerro comenzó manejando las acciones, con un Sergio Díaz inspirado para gambetear a todo el que se le ponga enfrente y olvidándose que el pase está permitido en el fútbol. Uno de esos enganches dejó en ridículo a Rolón y llevó a que le cometieran penal, el cual Jonathan Fabbro convirtió en gol. A partir de ahí se terminó el dominio de Cerro y se vino el aluvión olimpista. Con más voluntad que juego colectivo o creatividad, el franjeado atacó con todo el arco rival, haciendo figura a Diego Barreto y obligando a Cerro a usar la “gran Tacuary” como estrategia defensiva. Tiraron docenas de centros, corners y tiros al arco, pero ninguno pudo llegar a destino.
Durante el partido y al finalizar el mismo Olimpia pasó reclamando las decisiones del árbitro Enrique Cáceres, como forma de atribuir la culpa de la derrota al árbitro en lugar de al equipo. Nery Pumpido vuelve a estar al borde de la cornisa, siempre a un mal resultado de recibir su liquidación (parcial) de sueldo y de desalojar su oficina. En el otro banquillo Leonardo Astrada tampoco está muy seguro en su cargo, abriendo el paraguas antes del clásico y dejando dudas sobre su continuidad. Por lo menos ahora puede decir que ganó un clásico en los últimos tiempos.
Bajando de a poco a tierra: Santaní 1 – Sol de América 1
Al igual que un gordito corriendo los 1.000 metros, Santaní empezó el campeonato con todo, pero tras los primeros 100 metros parece que se está quedando sin aire. Tras su derrota con Luqueño esperaban recuperar su camino de victorias contra Sol, pero ya comenzaron mal al sufrir un gol a los 3 minutos. En lugar de desesperarse y perder por goleada, el equipo santaniano demostró tener oficio y corazón y lograron empatar el partido en el segundo tiempo. A pesar que su hinchada se dividió en dos bandos, Santaní sigue unido, apuntando alto y busca tener mejor estado que el gordito en lo que resta del campeonato.
Cada empate es como una derrota para Sol de América, quienes están enfrascados en la lucha interminable por no descender. El equipo de Mario Jacquet ha demostrado tener un gran nivel, digno como para pelear arriba, pero la angustia por los promedios puede llegar a afectarlos. Lo que hoy fue un pequeño desliz podría iniciar un derrumbe del plantel si es que no están fuertes física y sicológicamente.
Luqueño 2 – Rubio Ñu 1
En un día donde todo el enfoque se le dio a la presentación de la nueva bandera de la hinchada luqueña, su equipo pudo darle una alegría dentro de la cancha. Después de la amenaza de Pablo Caballero el fin de semana pasado el equipo se puso las pilas y ayer no fue la excepción. Con un partido sólido de todas sus líneas, el auriazul pudo adelantarse en el marcador gracias a Jorge Ortega, quien aplicó la cada vez más confirmada “ley del ex”. En el segundo tiempo Rubio Ñu jugó como el equipo que demostró ser la fecha pasada y pudo descontar, pero apareció de vuelta Ortega para convertir el segundo de Luqueño, que sería el definitivo para la victoria.
De vuelta Rubio Ñu hizo honor a su apodo de “montaña rusa”, perdiendo una fecha después de haber goleado a Capiatá. Alicio Solalinde está a punto de arrancarse los pelos tratando de encontrar alguna forma que su equipo sea más regular, ya que solo así podrán evitar caer en el pozo de la Intermedia el próximo año. En el lado luqueño el plantel de a poco se va asentando tras la venta la de mitad de los jugadores que fueron figuras en el Clausura 2014. Pablo Caballero empieza a descargar sus maletas, pero conociendo como es la institución, seguramente las tendrá siempre listas por las dudas.
Fotos: D10.com.py, Fanpage de General Díaz, San Lorenzo, Guaraní, Sol de América Cerro Porteño y Sportivo Luqueño