Nuestro fútbol tiene raíces en cada metro cuadrado del territorio nacional y Caazapá no es la excepción. Tierra del Ykua Bolaños, el sexto departamento todavía no se ha recuperado del todo de la pérdida del Ferrocarril, el cual siempre traía historias a los pueblos por los cuales pasaba. A pesar que las vías hoy están vacías, el fútbol no ha abandonado al pueblo caazapeño. Tras haber hablado sobre el Sportivo Navideño de Yuty, hoy recorremos el fútbol de la capital departamental, desde la lucha dentro del campo hasta el día a día para llegar al domingo con media victoria en la mano.
Aquí juega el Primero de Enero de Boquerón, campeón de la Liga Nicolás Argüello. Cualquier pelotazo detrás del arco significa meterse en el matorral, así que los jugadores tienen que afinar su puntería para evitar una incursión a territorio desconocido.
Un penal siempre es símbolo de esperanza, pero el mismo puede tornarse trágico en solo segundos. Esta imágen captura el momento en el cual el penal del Juventud se eleva lejos del arco, yendo camino a la luna. Las esperanzas de remontar el partido están tan lejanas como la pelota del arco.
Parecen cansados, pero los jugadores igual están pendientes de la charla técnica del técnico del club Fray Luis de Bolaños . Esta charla podría parecer una pérdida de tiempo, pero sin embargo es la preparación que los jugadores necesitan para poder entrar a la cancha enfocados en la victoria.
Cuando no hay vestuario, cualquier lugar sirve. Los árboles sirven como pasillo para que los jugadores del club Juventud puedan ponerse los colores que con tanta voluntad defienden los domingos.
Postes de madera y cielos nublados, una postal infaltable del sexto departamento. Con este clima inestable juegan los chicos del 25 de Abril de Coronel Maciel , haciendo la danza futbolera para que caiga la lluvia y que sea su talento el que ilumine el brumoso día.
Esta definitivamente no es la cancha del Barcelona, pero los chicos de la escuela de fútbol del Juventud no tienen inconvenientes en chutar la pelota entre el pasto y los yuyos. Lo que para otros es fuente de quejas a ellos les brinda innumerables alegrías cada día que pueden disfrutar de la cancha.
Son muchos los que deben ayudar para que un club pueda seguir en su día a día, inclusive en los más pequeños detalles. Aquí una fiel seguidora del Club Bolaños prestó su lavarropas para poder quitar la sangre, el sudor y las lágrimas de cada jugador del equipo tras el partido del fin de semana, para que vuelvan a mancharlas de gloria y sacrificio en la siguiente fecha.
Con su Centro de Alto Rendimiento, los jugadores del Sport Juventud de Boquerón esperan levantar su nivel al máximo en esta temporada. Con el mejor césped, amplio espacio para ejercicios precompetitivos y un ambiente natural único, este Centro es el gran logro tecnológico de la zona.
La esencia del fútbol: niños jugando con la pelota en el barrio San Blas.
Uno de los puntales de cualquier club del interior es la Comisión de Damas. Su apoyo es invaluable para el día a día en el club. Pelando las mandiocas para el almuerzo del plantel es una ayuda fundamental para el club Bolaños.
Así terminamos el recorrido por el fútbol en la capital del sexto departamento. Esperemos que la próxima semana el penal ejecutado por el Juventud ya haya caído a tierra.