Una de las situaciones más dolorosas para un hincha es tener que ver a aquel jugador al que apoyó incondicionalmente, que le trajo tantas alegrías defendiendo los colores de su club, vestir la camiseta de su eterno rival. En el fútbol paraguayo los hinchas de Cerro Porteño y Olimpia han sufrido docenas de estos casos, pero algunas de estas heridas aún causan dolor en el alma de los seguidores. Estos son 11 de los jugadores que más polémica causaron al pasar de un rival a otro.
Sergio Goycochea
El “Goyco” se convirtió en figura mundial tras su actuación con la selección argentina en Italia 1990 y en 1992 fue el fichaje estrella de Cerro Porteño. Con un equipo enormemente talentoso, muchos lo veían como el plantel que traería la primera Libertadores a Barrio Obrero, pero aquella ilusión fue destrozada por el Barcelona de Guayaquil en la más dolorosa definición por penales que uno pueda imaginar. El “Goyco” atajó varios penales, pero sus compañeros no pudieron convertir.
La ilusión con Goycochea duró solo 6 meses para los cerristas y se convirtió en pesadilla, porque no solo dejó el club sino que su nuevo club sería el de Para Uno. Con Olimpia llegó a la final de la Copa Conmebol y fue parte de aquel campeonato inconcluso en el cual salieron campeones invictos. Finalmente fue Cerro quien pudo “vengarse” de Goycochea, ya que se enfrentaron con Olimpia en Cuartos de Final de la Libertadores de 1993, ganando por penales, que justamente era la razón por la cual lo habían traído un año antes. El argentino no pudo superar a un joven colombiano que mostraba grandes cualidades, Faryd Mondragon.
Nestor Isasi
Entre 1998 y 2005 se vivió la “era dorada” de los traspasos de Cerro a Olimpia y vice versa, como si los 2 equipos no pudieran fichar jugadores que no sean de su clásico rival. Uno de los tantos casos fue el de Néstor Isasi. Isasi, quien se hizo de nombre con Guaraní a finales de los 90, fichó por Olimpia en el 2002. Aparte de ser un titular indiscutido del equipo campeón de la Libertadores es recordado por el tremendo tiro libre que convirtió contra Boca, que les valió el boleto a Semifinales y por ser uno de los acusados por Osvaldo Dominguez Dibb de amanecer con prostitutas en locales tropicales en plena final con Sao Caetano.
En el 2004, durante plena crisis del Decano, Luis Pettengil lo sedujo para que venga club de Barrio Obrero y el lateral derecho vistió azulgrana. Fue parte del equipo campeón del “Tata” Martino, pero su paso por Cerro fue muy corto y al año siguiente ya estaba jugando a 50 metros de la Olla, en el Arsenio Erico de Nacional.
Carlos Gamarra
Gamarra es de esos ídolos típicos de novelas futboleras; Jugador de las inferiores, humilde, llegó a la Primera de Cerro demostrando ser un distinto. Su personalidad y calidad para jugar, rápidamente lo destacaron para ser uno de los mejores centrales del fútbol paraguayo, haciéndose notar con aquella selección sub 23 de 1992 que clasificó por primera vez a unos juegos olímpicos, el de Barcelona 92. Si bien su paso por Independiente de Argentina no fue el deseado, volvió a los seis meses y a mitad de 1993 se consolidó definitivamente. En 1995 fue transferido al Inter de Brasil, en donde en su primer año fue elegido mejor jugador del Brasilerao.
En Brasil, Gamarra jugó en el Inter, Corinthians, Flamengo y Palmeiras, pero definitivamente sus mejores años fueron en el Inter y Corinthians. Estuvo por Grecia, Portugal, España y su cúspide fueron los tres años en el Inter de Milán, en donde jugó un total de 24 partidos. Jugó dos mundiales (1998 y 2002) sin cometer una sola falta y fue incluido en el onceno ideal de FIFA del mundial de Francia 98. En la idolatría azulgrana, después del Nino Arrúa, venía Gamarra. En una entrevista que le hizo Alberto Meíster, allá por el año 2000, le preguntó si jugaría por Olimpia, Gamarra respondió: “Upéa ndoikomoái nunca” (eso no va a pasar nunca). Claro que todo cambió en 2005, cuando volvió al fútbol paraguayo para jugar por el franjeado, generando una locura a nivel nacional. Olimpia volvía a quitarle al cerrista un ídolo, y en este caso, uno de los más grandes.
Pedro “Ganso” Benitez
El “Ganso”, espigado defensor experto en el juego aéreo y en los anticipos fallidos, comenzó su carrera en la periferia de la capital, primero en San Lorenzo y luego en Luqueño. Con mote de gran promesa fue fichado por Olimpia en el 2002, y a los 6 meses ya era campeón de América. Hasta marcó a Ronaldo y a Raúl en la Copa Intercontinental, donde fue titular, y tuvo que sufrir en carne propia toda la habilidad del “Fenómeno”.
Al igual que Isasi, Benitez huyó del Titanic en el cual se había convertido Olimpia en el 2004 y también fue fichado por Cerro, quien tomaba a todos los que huían de su rival como si fueran refugiados. El “Ganso” fue pieza fundamental en el equipo campeón de aquel año, luego siendo vendido al Shakhtar de Ucrania. Posteriormente tendría 2 ciclos más en Cerro, 2005-2006 y 2010-2012, donde siempre cumplió una buena labor como central, pero con errores que quedaron grabados en la memoria del hincha como el penal fallado contra Boca en la Sudamericana 2004 y haber sido parte del inexplicable “Barreting” contra Santos en la Libertadores 2011.
Nelson Zelaya
Un defensor que siempre dejó su marca por la humanidad de los delanteros que tuvieron que enfrentarlo, Nelson Zelaya inició su carrera en Olimpia, siendo parte de aquel recordado equipo tetracampeón de finales de los 90. A pesar que algunos no le tenían mucho aprecio por sus “habilidades”, Cerro Porteño le ofreció un sueldo considerable y dejó al Olimpia por sus rivales. En Cerro continuó su cosecha de títulos y de piernas rivales, obteniendo el campeonato del 2001 con Mario Jacquet a la cabeza.
En el 2002 dejó el Ciclón con escándalo incluído, porque Cesar Puente lo llamó “cuadrúpedo vestido de fútbolista”. Volvió al Franjeado, y terminaría siendo la mejor decisión que podría haber tomado, porque obtuvo la Copa Libertadores, jugó la Copa Intercontinental y fue transferido al Recreativo Huelva de España.
Julio César Enciso
Otro caso emblemático de aquel éxodo a los rivales a comienzos de 2000 fue Julio César Enciso. “Anguja’i” era un 6 que manejaba bien el balón y dominaba el mediocampo con su fuerza y personalidad avasallante. Surgió de la cantera cerrista y fue figura en los planteles entre 1994 y 1996, valiéndole una transferencia al Inter de Porto Alegre. Jugar por el Inter parece que crea una predisposición para firmar por el rival, porque al igual que Carlos Gamarra unos años después, Enciso firmó por Olimpia, a pesar que había comentado que nunca iría al rival, debido a su amor por Cerro.
En Olimpia fue el capitán y ancla del mediocampo en su campaña para obtener la Copa Libertadores del 2002. Ver a un jugador formado en la cantera de su club ser el encargado de levantar el máximo trofeo continental fue una de las cosas más dolorosas que tuvo que sufrir el hincha cerrista en aquella consagración. Hasta ahora Enciso ha quedado más como símbolo franjeado que como ídolo cerrista.
PD:Sabemos que es repetitivo aquello de la Libertadores del 2002, pero ese plantel es el símbolo de como rotaban los jugadores entre los dos equipos en aquella época.
Sergio “Pato” Aquino
Patito Aquino fue la cara visible y orgullosa de aquel Cerro de 2001 que salió campeón de punta a punta (en todas las categorías) y con varios jugadores de la casa en Primera División. “Patito” Aquino, incluso lideró aquella idea de los jugadores cerristas de ir con el cabello teñido de colores antes del último clásico del clausura 2004, después de que Cerro saliera campeón una fecha antes. Fue ese mismo año que Aquino casi mató a todos los cerristas que estaban en el Defensores -y también los que miraban por TV- con aquel penal que ejecutó picando la pelota por encima del “Pato” Abbondanzieri, por los cuartos de final de la Sudamericana entre Cerro y Boca Juniors de Argentina. A finales de ese año, se habló mucho de la renovación del contrato entre Aquino y el club de barrio Obrero.
Finalmente, el jugador no arregló y en enero de 2005, ya estaba firmando por Olimpia. Aquino llegó a un Olimpia que venía de ser último y necesitaba recuperar fuerzas. Por eso, la contratación de “Patito” fue un golpe anímico y sicológico para el hincha franjeado -y sí, también para el cerrista- pero que finalmente no tuvo los frutos esperados. Olimpia tuvo que esperar 9 fechas para ganar en el Apertura 2005 y en su segundo clásico contra Cerro, Patito se lesionó muy feo de la rodilla y quedó fuera por varios meses.
Hugo Talavera
El comienzo de la década de 1970 fue una de las épocas más gloriosas para Cerro Porteño, en la cual logró un histórico tricampeonato. Uno de los tantos talentos en aquel plantel era Hugo Talavera, quien siempre demostró tener las cualidades de un gran jugador, a pesar que mucho tiempo jugó fuera de posición, porque el 10 del equipo era el inolvidable Saturnino Arrúa. Al irse el “Nino”, el tomó las riendas del equipo.
En 1975 el presidente Abraham Zapag (si, el papá de Juan José) vendió a casi todas sus figuras por no haber salido campeones. Varios de ellos fueron a Olimpia, entre ellos Talavera. Esto significó el cambio de poder en la década, ya que Talavera fue el líder del histórico Olimpia que consiguió la primera Copa Libertadores para la institución. Hasta ahora aquel cambio duele en el alma al hincha cerrista.
Guido Alvarenga
Probablemente, el mejor “Número 10” de los últimos 20 años. A Guido le sobraba talento y magia. Por eso le decía “el mago”. Fue el máximo ídolo cerrista desde 1998 hasta 2001, año en que logró el título absoluto con el azulgrana y siendo Mario Jacquet el DT. Sin embargo, una pelea con el adiestrador lo privó del partido final. Guido, enojado, dejó Cerro. Se fue a México y un año después, volvió al país y fichó por Olimpia.
En el equipo franjeado mostró algo de su zurda pero no toda su magia. A pesar de jugar por el rival eterno, la hinchada azulgrana perdonó a Guido. La gente, el hincha de Cerro, siempre culpó al entonces presidente cerrista, César Luis Puente, de la ida de Guido a Para Uno. Sin embargo, para la siguiente temporada, cuando se hablaba del inminente regreso del ídolo a Barrio Obrero, terminó firmando por Libertad. Ese gesto nunca perdonó el hincha azulgrana. Guido dejó de ser el gran ídolo del público de Cerro.
Guido Virgilio Alvarenga, o mejor, “el mago”. Uno de los mejores jugadores que hayamos tenido por nuestras descuidadas canchas.
Mauro Caballero
El hecho de tener 1 ciclo en cada club rival ya es algo fuera de lo común, pero practicamente no existe jugador que haya tenido 2 ciclos en ambos clubes, como es el caso de Mauro Caballero. Entre 1992 y 1998 Caballero fue uno de los delanteros insignia de Olimpia, siempre convirtiendo goles, pero también bastante puteado por la cantidad de goles que fallaba. En 1999, tras un conflicto serio con ODD, deja el club y sorprende a todos yendo directamente a Cerro. En Cerro demostró que su instinto goleador no dependía de su camiseta y llegó hasta la semifinal de la Libertadores, lo que le valió una transferancia a México.
En el 2001 volvió por un semestre al Ciclón, pero rápidamente tuvo problemas con César Luis Puente (gracias a ODD y a Puente en esta época se dieron gran parte de los cruces de vereda) por reclamar plata que le debían y también fue llamado “cuadrúpedo vestido de futbolista”. Pasó a Libertad, pero en el 2002 volvió a su viejo amor, la franja. Aquí demostró toda su calidad y experiencia, quedando en el recuerdo de cada olimpista (al igual que varios ya mencionados en esta lista) y dejando de lado aquel desprecio que se había ganado tras haber jugado 2 ciclos en Cerro, al ser el jugador que convirtió el último penal contra Sao Caetano para levantar la Libertadores. Hasta hoy es un goleador histórico del Decano en campeonatos locales.
Pablo Zeballos
Sin dudas este fue el fichaje más polémico de los últimos años. Tras un paso por el fútbol mexicano fue fichado por Cerro en el 2010, y a fuerza de goles se fue convirtiendo en un ídolo de la hinchada. También se hizo querer por decir que “ni loco iría a Olimpia”, a pesar que aclaró que solo en aquel momento rechazaba la oferta. Aquel momento duró menos que el proyecto del “Profe” Córdoba, porque solo 2 meses después Zeballos estaba firmando su pase a Olimpia, bajo el mando de su nuevo presidente Marcelo Recanate.
Esta supuesta “traición” de Zeballos enardeció al público cerrista, quienes lo insultaron más que a todos sus rivales juntos. El primer clásico del 2011 entonces era un polvorín, y como era de esperarse, el que convirtió el gol para el triunfo definitivo de Olimpia fue PZ10, quien disfrutaba de las críticas y lo hacía jugar mejor. Hasta hoy Zeballos sigue generando polémicas entre cerristas y olimpistas en las redes sociales, y espera algún día volver a Olimpia, aunque seguro no descarta jugar en el Ciclón.
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Texto: Aldo Benitez y Juan Pablo Zaracho
Fotos de: ABC Color, D10, Última Hora.