Empezó ayer la serie de partidos por los cuartos de final de la Copa América Chile 2015, con el anfitrión defendiendo su condición de local. Chile estaba obligado a ganar por lo que representa esta edición de la Copa, para olvidar esa infame historia de no tener títulos y también por su gente. Pero en frente estaba la siempre peleadora selección uruguaya. El equipo con el que menos uno quiere enfrentarse en este tipo de competencias.
CHILE 1 – URUGUAY 0: Un Kua Leon Salvador
Un partido que tuvo de todo desde el comienzo, siendo el cuadro chileno el que mostró la iniciativa con el toque y las jugadas. El equipo de Sampaoli entendió que se trataba de un momento histórico y empezó a presionar y a tratar de arrinconarlo a Uruguay, que sabe de este tipo de partidos, por tradición e historia, y lo que se vio fue tal cual lo que se había pensado: Un equipo uruguayo defendiendo y pescando el contragolpe, siempre con Cavani como abanderado en esa sacrificada misión de pelearla todas.
El maestro Tabarez planteó un esquema como para aguantar y tratar de salir de contra. Siempre con Carlos Sánchez, el pulmotor albiceleste, corriendo para llegar arriba y cerrando abajo. Un ida y vuelta impresionante que envidiaría cualquier guionista de novela venezolana (?). Pero Uruguay nunca dejó de extrañar a Suárez, y su ausencia fue muy notoria con las variantes que manejó Tabarez a lo largo de la Copa y también en este último partido.
Chile tiene un circuito de juego definido. La trilogía Vargas, Vidal y Valdivia le da fútbol y oxigena a un Alexis Sánchez siempre pendiente para atacar y definir. La profundidad para llegar hasta el arco y ser agresivos. De hecho, los trasandinos son los goleadores de esta Copa América.. Pero más allá de encontrarle el fútbol y la vuelta con buen toque hasta el área rival, los chilenos entendieron que ayer era un partido en donde tenían que dejar más que eso. Tenían que empezar a jugar en todos los frentes posibles…
Esto entendió perfectamente Gonzálo “Kua león” Jara, quien se desgarró el dedo de su mano derecha en un exámen de próstata (?) a Cavani. El uruguayo reaccionó, le tocó la cara y el chileno recordó cuando en la primaria hacía clases de teatro; cayó al suelo fulminado, pidió tarjeta y chau delantero uruguayo. Cavani ya venía mal para esta partido, ya que apenas días antes, se confirmó que su padre atropelló -en pleno estado de ebriedad- mató a una persona en un accidente automovilístico. Estaba alterado emocionalmente, los chilenos lo provocaron (?) y salió expulsado.
Tras la expulsión de Cavani, que se fue dejando algunas caricias verbales al árbitro, Chile siguió presionando y llegaba con más peligro al área uruguaya. En una de estas jugadas, cuando quedaban apenas 10 minutos para terminar el partido, una mágica habilitación de Valdivia -principalmente por el momento y los pocos metros para dar un pase tan preciso- dejó solo a Isla, que remató fuerte abajo y venció la defensa uruguaya. Gol chileno y la locura generalizada en el Estadio Nacional.
Uruguay no se rindió y siguió buscando el empate, pero con los ánimos caldeados, una nueva expulsión uruguaya -esta vez de Giménez- dejó a la Albiceleste con 9 hombres que solo querían pelea ya a estas alturas del partido.
Chile ganó, pasó a semifinales y espera la llave -en teoría- más fácil: El ganador de Bolivia vs Perú.
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