Ramón Rivas Pavón es un coleccionista de fotos del fútbol paraguayo. En su cuenta de Facebook, suele compartir imágenes inéditas de jugadas, jugadores, dirigentes o directores técnicos de diferentes equipos que son difíciles de encontrar. Es en ese sentido, un gran coleccionistas de imágenes de jugadores pintorescos, grandes cracks y también de varios jugadores olvidados de nuestro fútbol. Otro de los puntos interesantes de las fotos que comparte Rivas Pavón, son los modelos de las camisetas que se usaban en décadas anteriores. Ver un poco qué tipo de publicidades existía, la “pinta” del jugador, en fin. Esos detalles que hoy, en plena época “metrosexualizada” del fútbol, parecen muy importantes.
Es así que en una de sus fotos, compartió la imagen de Epifanio Yegros. Un excelente marcador central que jugó en varios equipos paraguayos, pero que se destacó en River Plate, el siempre querido “Kelito”. De la imagen, nos llamó la atención la camiseta, la publicidad “Sudmilch” y el short. Un llamativo modelo de tres colores horizontales, pero resaltando el negro. Este tipo de joyas solemos intercambiar con Juanpa (@laespadasagrada) para ir entendiendo un poco más cómo era el fútbol en décadas pasadas. La casaca que presentaba Yegros era idéntica a la del VFB Stuttgart, del fútbol Alemán, que en 1992 sacó este modelo de camiseta, con el shorcito e incluso la media.
De hecho, según nos confirmaron memoriosos cercanos al Kelito, hubo una temporada en el que la dirigencia riverista decidió cambiar el modelo de la camiseta en cada partido, eligiendo casacas de otros países del mundo que tengan los colores del Kelito. Fue así que se compraron 18 indumentarias con los colores del VFB Stuttgart, tapando el escudo del club alemán cosiendo sobre él, la insignia de River Plate. Una joya.
Dejaron la publicidad alemana en la camiseta y así jugaron oficilamente. En efecto, la publicidad fue la que nos llamó la atención en la foto. Averiguamos y saltó que el “Sudmilch” es una empresa de lácteos y derivados de Alemania y que extendió su fama por toda Europa entre los 80 y 90. En los primeros años de la década de los 90, la marca se hizo muy famosa en la camiseta del VFB Sttutgart, equipo que dio al mundo a jugadores como Sami Kedhira y que supo cobijar a Philipp Lahm, cuando este no tenía cabida en el Bayern Munich, que en 2003 tenía el lateral izquierdo cubierto con Bixente Lizarazu.
Un prófugo de la Justicia Alemana en Paraguay
Luego, encontramos un dato revelador. Uno de los directivos de la marca de lácteos es Karl Wolfgang Weber, un empresario alemán que llegó a Paraguay, se compró varias hectáreas en el Chaco y luego supo sobrellevar un proceso de extradición que duró casi 10 años!! . ¿El motivo? Una pedido desde la justicia Alemana por haber estafado en nombre de la empresa láctea a varios empresarios en el país de la cerveza.
En principio, la condena a Weber fue por dos años de cárcel, dictamen que salió en 1990. Sin embargo, el empresario pudo sortear la oscuridad de la prisión con una fianza de 100 mil euros, aunque después la fiscalía alemana apeló, pero Weber ya no estaba disfrutando de los partidos del BFV de local. Weber registró su ingreso oficial a Paraguay en 1993, y rápidamente obtuvo la ciudadanía, pudiendo así protegerse de una posible extradición.
De acuerdo con las crónicas periodísticas de aquella época, el pedido de extradición fue remitido a las autoridades paraguayas a finales de ese año, después de que la Interpol lo localizó gracias a un registro por tarjeta que hizo en el país, ya que Weber se pasó comprando todo en Paraguay con su nombre verdadero. Mientras el empresario hacía shopping en esta tierra abierta a la corrupta inversión extranjera, en el juzgado de primera instancia de Stuttgart, Alemania, a cargo de la jueza Markowitsch, le estaban esperando a Weber para seguir con su caso. En 1995 llegó a estar preso por uno de los procesos de extradición, pero nunca pisó Tacumbú, ya que por “motivos de salud” terminó recluido por unos días en el Policlinico “Rigoberto Caballero.” Finalmente, aquel intento de llevarlo vía judicial fue rechazado por errores de forma.
Se nota que este alemán hizo muy buenos amigos en Paraguay, porque pudo dilatar por 9 años la extradición, hasta la embajada alemana en nuestro país tuvo que manifestarse al respecto. Pobre jueza Markowitsch, le tocó el caso más largo de su historia gracias a la justicia paraguaya. En nuestro país, Weber se pasó comprando hectáreas, entre ellas una de las estancias más modernas en todo el Chaco Paraguayo, en donde se dedicaba a la ganadería y producción de frutas e incluía 22 habitaciones y 5 piscinas climatizadas, haciendo una vida social casi normal.
¿De qué lo acusabana a Weber?
El nombre de Wolfgang Weber es en Alemania sinónimo del caso de fraude más grande de la década de los 90. No es poca cosa llevar al borde de la quiebra a una de las empresas lácteas más grandes del país teutón. Este hombre futbolero fue encontrado culpable de estafar, como directivo de la empresa lechera, a selectos empresarios alemanes por un valor de 4 millones de dólares, que para la época, era una fortuna más importante que lo que significa ahora. Una de las formas que estafaban a sus inversionistas y al Estado Alemán era con supuestas pérdidas millonarias en su estancia chaqueña, pérdidas que eran utilizadas para descontar de sus impuestos.
Además de estafar a sus inversionistas, Südmilch también fue partícipe de un escándalo gigantesco en el mundo deportivo. Como principal sponsor de la tenista Steffi Graf, la compañía depositaba el dinero de auspicio en cuentas holandesas, con el objetivo de evitar pagar impuestos. Por este caso el padre de Steffi, Peter Graf, fue condenado a 26 meses de prisión. “Una gran incógnita es cómo hizo Weber para atravesar los controles de la Interpol en los aeropuertos internacionales para poder llegar hasta Europa” decía el Diario Abc Color, en diciembre de 2003.
Supuestamente, Weber vendió la Estancia en el Chaco paraguayo y el dinero depositó en una fundación familiar, para evitar que los juzgados alemanes puedan embargarlo. Finalmente, después de 9 años y meses, Weber se presentó ante la Justicia Alemana tras ser extraditado de Paraguay, país en donde dejó su recuerdo más valioso -involuntariamente- en esa gloriosa camiseta que defendió con hidalguía Epifanio Yegros, en las calurosas jornadas domingueras futboleras, en los jardines de “El Kelito”.