Fernando Fernández, el depredador del gol

Cada año se extinguen aproximadamente 5 mil especies de plantas y animales según la World Wildife Fund, y el fútbol no es ajeno a esta pérdida. A medida que va evolucionando el estilo de juego, con mayor enfoque en la proeza física y en el análisis táctico vamos perdiendo varios prototipos de jugadores que antes eran piezas infaltables de cada equipo.

Hoy en día ya no proliferan en el gramado a los centrales que tenían los botines rellenos de cemento y revoque, al volante central que se dedica a coleccionar huesos de los delanteros rivales, al wing que corría por el costado como si estuviera encadenado al borde de la cancha, al número 10 que tenía permiso de caminar con tal que, al tener la pelota, aplique el pase mágico que resquebraje la muralla infranqueable que armó la defensa rival.

Entre todas estas especies en extinción, hay una que sobresale, la del máximo depredador del área: el 9 goleador mejor conocido como “peskamboi”. Aquel jugador que por arte de magia encuentra un espacio y define, casi como si no le importara, para quien el firulete es el último recurso en lugar del principal. Afortunadamente en el fútbol paraguayo hay un delantero que ha luchado contra las presiones modernas y revive el estilo de Gerd Muller, Martín Palermo, José Cardozo, entre tantos otros 9 de antaño: el hombre de la F, la “Fiera” Fernando Fabián Fernández.

Con 51 goles en 71 partidos Fernández ha llegado como un torbellino, haciendo volar en pedazos las marcas goleadores de Guaraní y del Paraguay. Menos de 3 años después de su debut en Primera División el joven capiateño es el goleador por excelencia de nuestro país, reconocido al punto que su no inclusión en la lista de Ramón Díaz para la Copa América ha causado indignación generalizada entre todos los fanáticos.

Tras haber convertido 31 goles en el 2014, el 2015 ha sido igual de fructífero en materia de goles para Fernández, con 14 goles entre campeonato local y Copa Libertadores, con un promedio de 1 gol cada 100 minutos. Estos números nos llevan a analizar que hace la “Fiera” para ser tan efectivo y como lo logra dentro del sistema de Guaraní.

Las razones de su éxito

A pesar que juega con la 11 en la espalda, Fernández es el típico goleador de raza. Esto se vuelve notorio cuando uno analiza sus goles y como los convierte. Este es un mapa del área que muestra desde donde convirtió la “Fiera” todos sus goles en el 2015, sumando torneo Apertura y Libertadores.

goles fernandez 2015 copy

Esta imagen nos da la pauta que estamos hablando de un buitre de área nato. Mas del 60% de los goles de Fernández han sido al borde o dentro de la misma área chica, zona a la cual pocos pueden tener acceso con la pelota en los pies. A diferencia de otros delanteros, los goles de cabeza no son su fuerte, solo habiendo logrado 2 de los 14 a través de esa vía.

Para poder tener oportunidades de gol en el área chica uno no lo puede hacer corriendo desde la mediacancha y gambeteando a medio equipo rival. Esto se logra a través de un trabajo en equipo, que logra perforar la resistencia de los contrarios y permita al delantero encontrarse ante las compuertas del gol con la pelota en los pies. Guaraní sin dudas ha sido el mejor en este aspecto en los últimos 3 años, gracias al estilo ofensivo, vertical, veloz y despiadado que ha implementado el español Fernando Jubero. En Fernández pudo encontrar el finalizador de jugadas que necesitaba, el que ponga el moño y entregue el regalo de buen fútbol que armaron antes sus compañeros.

”Si no marco goles me siento vacío” – Fernando Fernández, entrevista Fútbol a lo Grande, 31 de enero de 2015

El tridente que conforma el “Queso” con Federico Santander y Julián Benítez funciona a la perfección porque cada uno pone su estilo. Al tener delanteros que se conecten más con los compañeros, Fernández no tiene que alejarse tanto del área y crear juego, sino que solamente se enfoca en buscar el espacio dispoinble y definir como él sabe cuando le llega la pelota. Su participación a veces puede parecer nula, tomando en cuenta que solamente ha dado una asistencia en todo el año, ante Rubio Ñu, un pase que ni siquiera parecía que iba para su compañero.

Para los defensores su presencia es similar a la de Freddy Kruger en “Pesadilla de la calle Elm”, ya que pasa desapercibido hasta que el defensor cierra sus ojos y se duerme por un instante, instante que aprovecha la “Fiera” para infiltrar el espacio que dejaron abierto en ese lapsus y llevar de recuerdo el espíritu derrotado de aquel que tuvo que marcarlo.

Ahora veamos algunos de los goles, comenzando con su primer gol del año, ante Nacional en la primera fecha del Apertura:

https://youtu.be/WykcnJ3c2lY?t=30s

Al verlo en la infografía parece una definición cualquiera dentro del área chica, posiblemente regalada por su compañero de equipo y con arco libre, pero este no es el caso. Al recibir la pelota Fernández tiene a media defensa de Nacional frente a él y prácticamente ningún espacio para poder maniobrar.

En lugar de prenderle un derechazo a la pelota y esperar que algún desvío con suerte dirija la pelota hacia al arco, decide hacer lo impensado: un amague. Como si un amague no sorprendiera lo suficiente, hace otro, dejando a Ignacio Don tirado por el piso y al resto de la defensa totalmente confundida. Ese mínimo espacio que creó con los amagues es por donde termina definiendo, suavemente, por encima de todos para que acaricie la red.

En menos de 2 segundos y solo tocando dos veces la pelota la “Fiera” dio una cátedra de como colocar la pelota en el fondo del arco. La principal característica es nunca perder la calma, con una sangre fría que congelaría el asfalto asunceno en pleno Enero. Estas situaciones de gol llevan a los delanteros de menos categoría a acelerarse, pensar todo en exceso y terminar dilapidando situaciones claras. En cambio, Fernández se relaja, busca el mejor ángulo posible y define sin preocupaciones.

Es en el ámbito mental donde el fabuloso finiquitador de jugadas se anticipa al resto, como en este gol ante Sporting Cristal:

https://youtu.be/nsEmF13IC7w?t=18s

Bueno, definió de primera con el arquero recuperándose de un tiro anterior, que tiene de resaltante esto? El hecho que nadie más haya ido por el rebote. Mientras los defensas se enfocaban en tapar a Santander, Fernández ya enfiló hacia el arco, esperando que Penny conceda un rebote que el pueda definir. Sabiendo que no había tiempo para nada, deja de lado cualquier sutileza y revienta la pelota a ras del suelo para que no llegue el arquero, logrando el descuento que luego terminaría en un empate para el Legendario.

Por último vemos su último gol, el que finalizó el partido contra Corinthians en Sao Paulo:

Otro gol que muchos toman por sentado, tomando en cuenta que estaba solo y fue en un partido que ya estaba acabado. Esta visión nos hace pasar por alto la perfecta definición en tan poco espacio y tiempo. Con la pelota en el aire, la para con el pecho con suficiente fuerza como para que la pelota continúe en movimiento y vaya bajando a su pie. En el momento que se le encima el arquero no busca arrancarle la cabeza de un pelotazo, sino que acomoda el cuerpo, abre el pie y la pone al costado con sutileza. Todo esto en un abrir y cerrar de ojos.

Este gol también nos muestra que su forma de definir es bastante constante. De sus 14 goles 12 fueron con el pie derecho, y 9 de ellos tuvieron máximo un toque para acomodar la pelota. Esa eficiencia es lo que lo diferencia del resto de los delanteros, la capacidad de tener una respuesta antes que el rival siquiera sepa cual es el problema.

Cuanto valen sus goles?

Fernández y la red, inseparables desde su debut
Fernández y la red, inseparables desde su debut (D10.com.py)

Esta avalancha de goles ha tenido un sabor agridulce para el fervoroso delantero aborigen. En la Copa Libertadores pasó de ser titular indiscutible a suplente de lujo, cambio que llevó a Guaraní a ganar 4 de los 6 últimos partidos en la competición. Desde que fue al banco de suplentes en el partido contra Deportivo Táchira en Asunción solamente ha jugado 106 minutos en 6 partidos, un promedio menos a 20 minutos por partido. En el torneo local la situación es similar, siendo que solo jugó el 56% de los minutos totales de todo el torneo, siendo relegado al banco en varios partidos de vital importancia.

Por esta razón muchos lo consideran un jugador de gran olfato goleador, pero de poca preponderancia en los resultados de Guaraní. Esta visión no es correcta porque para analizar su rendimiento hay que tomar en cuenta a quienes lo acompañan en la delantera. Ningún equipo en el país puede desplegar tanta riqueza en ataque como Guaraní, y poner a los tres fantásticos en la cancha a veces resulta contraproducente para los mismos, como tres locutores que se pelean por el micrófono en lugar de darse el lugar que corresponde a cada uno.

El hecho que sus goles no han significado campeonatos para Guaraní es más una crítica a todo el equipo más que a su juego en sí. Es sin dudas el aspecto que debe mejorar a futuro para poder superar los pocos cuestionamientos que existen hacia el mismo.


Con cada gol que suma la “Fiera” se va consolidando su estatus como el goleador paraguayo del presente y el futuro. El instinto de definición y la cabeza fría en el momento de la verdad son capacidades que vienen innatas en unos pocos elegidos y depende exclusivamente de ellos utilizar estas venatajas para sobresalir entre la interminable multitud de futbolistas que buscan un lugar en Primera. A los 23 años demuestra que no va a claudicar su estilo frente al embate del fútbol moderno, izando la bandera del depredador del área en alto y con orgullo.

100% negro, cumbiero y goleador.

Imagen principal: Tigo Sports

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Juan Pablo Zaracho

Como jugador, un buen lector de libros.

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