La décima liga del mundo

Desde hace algunos años, vengo escuchando que para muchas personas, nuestra liga es una de las más competitivas del mundo, siendo los argumentos más comunes las buenas participaciones de los clubes paraguayos a nivel internacional y, hasta antes de la debacle, la continua participación de la Albirroja en los mundiales.

Esta sobrevaloración de la liga por parte de los aficionados, trae, por consiguiente, la sobrevaloración de los “cracks” que van surgiendo de nuestra discreta cantera, es decir, una venta por 3 millones de dólares de X crack paraguayo trae un enojo generalizado de los simpatizantes porque entienden que “se regala a nuestras estrellas”/”Vale muchísimo más”. Transcurrido un tiempo, el jugador estrella, prospecto de crack, regresa prematuramente, sin pena ni gloria. Y los ejemplos sobran.

Dicha situación tiene una explicación sencilla y hasta lógica: nuestro fútbol es mediocre.

Somos realmente un fútbol exitoso?
Somos realmente un fútbol exitoso?

Bueno, tampoco es que haya descubierto América, pero resulta jocoso saber que muchos, incluso la IFFHS (la que nos pone como la 10º mejor liga del mundo) piensen que nuestro campeonato es realmente competitivo.

Partamos del ejemplo anterior: X crack la rompe acá, logra una transferencia, queda suplente o ni es convocado porque tiene problemas para la adaptación en un fútbol verdaderamente competitivo y regresa al país. ¿Por qué? Al ser nuestro fútbol de un nivel muy bajo y poca evolución ni siquiera sirve como parámetro para los jugadores que se destacan.

La casi nula inversión por parte de la APF en concepto de divisiones formativas y con dirigentes que evidentemente están para otra cosa (caso de la ley del Sub 20, hasta ahora de pocos resultados); la arcaica concepción de fútbol que aún persiste (“el jugador paraguayo solo sabe tirar ladrillazos” “En Paraguay solo se puede jugar defensivamente y centro-cabeza-gol”) siendo que el fútbol moderno evolucionó (y se vió en Brasil 2014); problemas para programar UNA fecha del campeonato, jugadores impuestos por empresarios, el alejamiento de los espectadores debido a diversos factores (violencia, precio de las entradas, pobre espectáculo futbolístico; se festeja que se lleven más de 10.000 personas cuando eso debería ser regla) no reflejan precisamente una alta competitividad.

Hablemos de sobrevaloración.
Hablemos de sobrevaloración.

Algo que sí refleja lo que es nuestro fútbol es la cuestionada lista de Ramón. La presencia de muchos jugadores cuyo ciclo en la selección parece cumplido solo hace pensar que la tan mentada renovación de jugadores no llegará, pero este tema ya lo tocarán más a fondo el 1 de junio.

¿Cómo se puede explicar lo de los equipos paraguayos a nivel internacional? Sencillamente es mérito propio de los equipos que llegan, sin que esto signifique que sea gracias al altísimo y súper competitivo campeonato.

A uno solo le queda rezar a cuanta deidad exista para que alguna vez la penosa situación de nuestro aun así querido campeonato dé un giro definitivo para bien, ya que al parecer el trabajo a largo plazo y la planificación están prohibidos para los dirigentes.

Colaboración de Juan Rolón Ríos

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Colaborador de Cancha Chica
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