Si decimos que el fútbol paraguayo está mal probablemente no nos vamos a equivocar. Desde lo que vemos en los campos de juego todos los fines de semana (claro que cada tanto hay excepciones), hasta el desempeño de los árbitros, el comportamiento de los hinchas, en todos estos aspectos encontramos más cosas malas que buenas.
El periodismo deportivo no está ajeno a la debacle de desempeño que los fanáticos del fútbol venimos sintiendo, lastimosamente, como la norma y no la excepción. En esa tesitura (?) uno de los puntos que más me molestan a título personal (?), son las entrevistas a los jugadores sea antes o después de un partido. La poca imaginación de los cronistas está al mismo nivel de la del tipo (?) que hizo las banderas de Ecuador, Colombia y Venezuela.
La cansina repetición de guiones extraídos de los marchitos (?) folletos de la escuela de periodismo hacen que ver o escuchar una conversación entre un cronista deportivo y un jugador de fútbol sea lo más parecido a comer galleta sola, un acto aburrido, metódico y hasta innecesario. En este artículo voy a intentar identificar a los distintos tipos de “entrevistadores” y sus técnicas. Vale aclarar que para tener una conversación de mierda se necesitan dos partes y los futbolistas poco y nada hacen para salir de la mediocridad periodística que nos inunda.
El Sandwichero
La técnica del sandwichero es bastante simple, es poner la respuesta (que viene a ser el fiambre, queso y tomate) entre dos tapas de pan (la pregunta). Como el cronista necesita por cuestiones de trabajo sacar algo de la boca de ese pelotero arisco y poco dado a las conversaciones aristotélicas (?) lo mejor es entregar solapadamente la respuesta dentro de la pregunta, como cuando le damos su remedio a nuestro perro dentro de un McNugget (?). Ejemplo:
Cronista: Julio, el partido de hoy fue muy duro pero se quedaron con los 3 puntos ¿Se puede decir que el planteamiento táctico pensado por el profe en la semana tuvo que ser ejecutado a la perfección por ustedes?
Julio: Si, la verdad que si (Nota: El 90% de las declaraciones de un futbolista inician con “Si, la verdad que si.”) En la semana el profe planteó un sistema táctico pensando en el rival de turno y nosotros lo ejecutamos a la perfección y dejamos los 3 puntos en casa.
El espejo
La técnica del espejero es bastante similar a la del sandwichero pero se utiliza cuando el futbolista en cuestión es tan pero tan burro que compra las ediciones en Blu Ray (?) de Yingo y por lo tanto es incapaz de articular algo de manera propia. Ejemplifiquemos:
Cronista: Hoy les espera un partido muy duro, las chances de clasificar para la siguiente ronda de la copa dependen de una victoria (…) (silencio como dando un pase al vacío)
Futbolista Lapi Mbyky: Hoy NOS espera un partido muy duro, las chances de clasificar para la siguiente ronda de la copa dependen de una victoria (…) (silencio strikes back)
El de las mismas de siempre
No te pido que seas Tití o Benedetto (?) pero por lo menos ponete media pila si te considerás digno del puesto de cronista deportivo. El de las mismas de siempre es el típico banana que no hace el menor esfuerzo en intentar extraer del deportista una opinión genuina, una declaración interesante, una frase sobre la cual debatir más adelante. Se atañe a las formas con tanta vehemencia que se vuelve un simple pie de micrófono. Lo reconoceremos por intervenciones de este tipo:
– ¿Qué pensás del rival?
– La idea es dejar los 3 puntos en casa ¿no?
– ¿Afectó la expulsión de Fulanito?
– Lindo gol el tuyo ¿no?
Y una larga serie de obviedades a las cuales el futbolista solo puede responder con un “Si, la verdad que si.”
Otras especies
Para no aburrirlos con más taxonomía cronisteril (?) cerramos esta lista con una serie extra de tipos de comentaristas:
– El Cachiai: Hace chistes con los jugadores, usualmente cuando estos salen a reconocer el campo de juego.
– El Espía: Viaja con el club, sabe todo lo que pasa en los pasillos de las concentraciones, maneja qué jugador metió a qué modelo al hotel. Este es el que “filtra” todo a Twitter.
– El Barrabrava: Está tan involucrado con el club al cual cubre que termina siendo una versión mediática del líder de “la barra”. Detestable por donde se lo mire.
Si sabés de otros tipos de cronista, te leemos en los comentarios.