Siempre nio es complicado volver a la rutina, especialmente cuando se trata del fútbol. Terminó el mundial y ahora nos vemos ante el abrumador golpe de sol que ilumina (pero para mal) nuestra vista, y hace que nos despertemos de ese hermoso sueño que pudimos ver en HD, a 34 cámaras, con tecnología de punta, y con jugadores maravillosos, que nos dieron un espectáculo auténtico de fútbol real. Aquel fútbol, que por lo menos a mí me gusta; el fútbol que se juega en equipo, ese fútbol que le permitió ahora a Alemania salir campeón, contra un equipo de Argentina, que ante la falta de ideas, se le aplicó el Mbopí Team, y esperó que Messi despertara de su letargo, cosa que nunca pasó. Pero bueno, esa es otra historia.
Hablemos de los que nos toca desde ahora, una APF totalmente diezmada, desorganizada, sin ideas, y con un futuro cada vez más incierto, que nos lleva a concluir de forma anticipada que a Rusia no llegamos ni con un Transfuncionador del Contínuo, además, aguantarnos a nuestros siempre gentiles comentaristas de fútbol, que ya no tienen soporte de Internet para buscar datos interesantes, dado que el fútbol paraguayo carece de datos interesantes en internet, al menos los jugadores.
De pasar de ver a Robben, Van Persie o Sneijder, vamos a encontrarnos nuevamente con el Conejo Benítez, Julio Irrazábal y Diego Centurión. De la belleza y estructura del juego alemán, nuestras vistas tendrán que deleitarse con el poderoso planteamiento de Rubio Ñu, o el imbatible esquema táctico de Luqueño. De ver un partido trascendente cada día, o, en las últimas rondas, cada dos días, vamos a tener que conformarnos con un partido bueno, una vez cada dos semanas (mínimo), porque, seamos sinceros, al campeonato paraguayo no le da el cuero armar algo interesante, y menos cada tres días. De ver bellezas, alegría y fiesta en las gradas, nuevamente encontraremos los fantasmas que llenan los espacios vacios en el Defensores, que cantan con el sonido del viento, y se le escucha a un Homero Simpson en el fondo diciendo, “¡me aburro!”.
Pero bueno, supongo que nos tenemos conformar, volver a la realidad, y esperar, a que dentro de cuatro años (o mismo, ver canales internacionales que transmitan la Champions League, o la Premier, o La Liga, nos enseñen un poco de magia que hace falta por acá) volvamos a ver eso que este mundial nos mostró, fútbol de verdad, no farándula futbolera, como la que vemos que los dirigentes, jugadores y representantes, hacen cada semana. Lo cual me hace pensar, que lo que vemos es en realidad “Jugando por un sueño”, un reality que habla de personas que sueñan con jugar fútbol de verdad, y no fútbol paraguayo.
Y así seguiremos, por un buen rato, mientras que la APF se niegue a hacer reformas de verdad, como por ejemplo, apenas un verdadero centro de alto rendimiento para la Selección, para que el próximo cuerpo técnico que venga, no tenga que verse en la penosa necesidad de tener que rechazar el laburo que será llevar a Paraguay al mundial de Rusia 2018, a estas alturas del campeonato, yo ya pienso en hacer aclimatación en Qatar.
Espero que el tiempo borre mis palabras, y más adelante pueda ver por lo menos un partido de fútbol paraguayo con 20 cámaras en HD, y la puta madre que nos parió a todos.
Buena semana para ustedes.