Dicen los entendidos que un buen político tiene mucho futuro en el fútbol, pero un futbolero no tiene tantas chanches en la movida política. En Paraguay tenemos varios casos y cosas, que valen la pena analizar y que hacen también, al día a día en el querido fútbol paraguayo.
Muchos políticos utilizaron al fútbol para especular por puestos de relevancia. El caso más concreto y significativo que tenemos en Paraguay se dio con Horacio Cartes, actual presidente de la república. Siguió el proceso “político” en el fútbol siendo primero presidente de Libertad para después ser director de selecciones de la APF, cargo que le valió una relevancia cada más fuerte en la cotidianidad del pueblo paraguayo, y más aún con el periodo de éxito en la Albirroja. Con ese perfil y a pesar de los varios cuestionamientos que le surgieron después, Cartes consolidó una imagen: La de éxito deportivo, que se sobrepuso incluso a las duras críticas por actividades ilícitas a las que se lo vinculó durante años.
Desde el Partido Colorado -que venía de estar en la llanura tras más de 40 años en el poder- vieron en Cartes esa figura que necesitaban para recuperar terreno. Rápidamente adecuaron los estatutos partidarios, afiliaron a Cartes y lo presentaron como candidato. La victoria que obtuvo el expresidente de Libertad y director de selecciones de la APF en las elecciones generales de abril de 2013 fue aplastante. Así, Horacio Manuel Cartes Jara asumió el 15 de agosto de 2013 el cargo más alto e importante del Estado paraguayo, con una campaña netamente política que duró apenas tres años (Su movimiento se creó en noviembre de 2010) pero que encontró en el fútbol su razón de ser, a partir de 2001, cuando asumía la presidencia de Libertad.
Pero antes de Cartes ya tuvimos otros casos en donde el fútbol se mezcló netamente con la política. Osvaldo Domínguez Dibb (ODD), el dirigente más ganador de nuestro fútbol, también intentó llegar a la presidencia de la república. Al igual que Cartes, el dirigente de Olimpia fue vinculado durante años con actividades ilícitas, pero ODD supo sortear todas estas acusaciones. Lo que no pudo sortear Osvaldo fue a Nicanor Duarte Frutos, frente a quien perdió unas sangrientas internas del Partido Colorado para definir al candidato que iría para las generales de 2003. Nicanor fue elegido presidente de la república finalmente, ese año.
En Cerro Porteño, los casos más notorios de los últimos años quizás hayan sido la presencia de Enrique Bacchetta -También de turbio paso por la política- quien es actualmente senador y fue miembro del Consejo de la Magistratura desde 2004, alternando con el Jurado de Enjuiciamiento, así como el de Nelson Mora, que fue procurador de la República en su momento e intentó pelear por la presidencia de Cerro Porteño en su momento. Como no pudo, se quedó con el Sportivo Iteño, de Itá.
Los Barras Bravas
Uno de los vínculos más fuertes entre la política y el fútbol es el uso de los barras bravas. Esto se entiende porque los políticos siempre necesitan una fuerza de choque, que pueda usar la violencia cuando sea necesario. Al ser útiles para los clubes y partidos políticos, cualquier campaña o esfuerzo para combatir a los mismos no recibe el apoyo que se necesita. Este “modelo” es el que se implantó en el fútbol argentino desde hace años y que encontró mayor fuerza con el actual gobierno, que financia incluso los viajes de los barras bravas para los mundiales de fútbol en los que participa el seleccionado argentino.
En nuestro país, el caso más conocido es el del ex-jefe de la barra de Olimpia, Adolfo Trotte, Hoy en día condenado por el asesinato de su esposa. Trotte era una pieza clave en el esquema político de Nicanor Duarte Frutos y varios otros políticos de la ANR. Fue acusado de usar a miembros de la barra en votaciones para presidentes de seccional, de ser hurrero de Nicanor en sus presentaciones en el Congreso y de golpear a opositores en la campaña presidencial del 2008.
El fútbol como uso de propaganda política
Durante el gobierno de Fernando Lugo, una corriente intentó forzar a que las transmisiones de los partidos de fútbol vayan por canal abierto. Tratando de copiar el modelo argentino de “Fútbol Para todos”, el entonces ministro de Deportes, Paulino Reichardt, reconoció en febrero de 2012 que el gobierno de Lugo buscaba comprar el canal de cables “Cablevisión”, que en ese entonces se encargaba de las transmisiones de los partidos de fútbol. Cablevisión, por entonces miembro del grupo Clarín, finalmente fue vendido a mediados de ese año a la Multinacional Tigo, que abrió así Tigo Sport, que se encarga desde este año de todo lo que hace a la televisación de los partidos del torneo local. La idea de Lugo no fue agarrar el fútbol para que sea para todos, sino que justamente siguiendo el modelo argentino, lo quiso utilizar para potenciar una propaganda estatal.
En Argentina, el sistema de televisión de los partidos es un fiasco económico para el Estado, que tuvo que destinar unos 4.000 millones de pesos (296 millones de dólares) para tratar de sostener el programa, que lleva 5 años con una sangría al Estado argentino de millones de dólares al año, pero que reditúa una propaganda política importante para el partido político que está en el poder. El sistema en Argentina permite sostener a clubes con contabilidad en rojo, barras bravas violentas pero que son efectivas a la hora de mitines políticos y paros.
La realidad del Interior
En el fútbol del interior del país, la cuestión es mucho más directa. Los políticos apoyan directamente a los clubes con “donaciones” o publicidad, algo que se da con mayor intensidad en los momentos decisivos de los campeonatos. Desde el pago a jugadores, directores técnicos o incluso la pintata de murallas. Todo suma. Trasladar al equipo, llevar a los hinchas. Todos son factores que hacen indispensables la presencia de un “paganini” que pueda cargar con el pago de ciertos servicios. Con el nulo ingreso por socios, los clubes se ven casi obligados a depender de la “autoridá” de la zona.
Los canales locales también reciben ciertos incentivos para poder seguir al equipo de la zona, porque de otra manera es prácticamente imposible hacer las precarias transmisiones, pero que tienen sus costos.
fotos: archivo abc y UH, página de FB de Puerto Pabla.