La energía hecha deporte: Historia del Club Atlético Corrales

Quizás no es muy conocida la historia de un grupo de trabajadores que, hace casi 100 años, decidió dar pie a un ambicioso proyecto: Crear un equipo de fútbol profesional. Decir profesional es –teniendo en cuenta los tiempos y las circunstancias- una suerte de formalismo para un país que mantiene muchos vicios del amateurismo desde hace décadas. Hoy, siguiendo con el repaso de equipos que quedaron en el recuerdo por determinadas circunstancias, damos un breve repaso a la historia del Club Atlético Corrales, una institución que conoció la gloria y la desazón en sus breves 30 años de existencia.

Fundado en 1919 por empleados de la extinta Compañía Americana de Luz y Tracción (hoy Administración Nacional de Electricidad – ANDE), marcó un antes y un después en el fútbol paraguayo, en épocas donde el amateurismo dominaba la Liga Paraguaya de Fútbol. Desde la fecha de su fundación hasta el año 1935, el club disputó todos sus partidos bajo la denominación de la empresa que por entonces explotaba el servicio de electricidad en Paraguay.

Ya en 1936, y por recomendaciones de la Liga, el club pasó a llamarse Club Atlético Corrales, en honor a la histórica batalla de la Guerra del Chaco, cuyo término se había dado sólo el año anterior. El cambio de denominación fue motivado por la Liga, a fin de evitar un soporte propagandístico para una empresa privada.

Fundación, ascenso y título negado

El club alcanzó una gloria agridulce en 1929, diez años después de su fundación. Disputando el Torneo de la División Intermedia, llegó a la final junto con el Club Presidente Hayes, otro histórico club del ascenso paraguayo. El partido terminó 3 a 1 a favor del “equipo de los electricistas”; sin embargo, y en una de las decisiones más bochornosas de la historia del fútbol paraguayo, el título fue otorgado a Presidente Hayes por una insólita razón: La CALT no contaba con cancha propia para la práctica de deportes. El hecho no impidió que el club ascienda a la Primera División, ya que el reglamento establecía el ascenso de los 4 mejores posicionados de la Intermedia (CALT, Presidente Hayes, Universo y Deportivo Presidente Alvear).

Antiguo equipo de Corrales (foto de abc Color)

Cabe destacar que, finalmente, la Liga Paraguaya reconoció el campeonato de la CALT en el año 1937 (ocho años después), quedando este como el principal logro deportivo de la historia del club. La confirmación del campeonato se dio ya con el nombre de Club Atlético Corrales en curso.

La gira

Tras deslucidos campeonatos posteriores al ascenso, y luego de la interrupción en la disputa del torneo (1932-1934) por conflictos bélicos en suelo chaqueño, el club –ya con la denominación de Atlético Corrales- inició una mejor racha en cuanto a rendimiento, consiguiendo un histórico tercer puesto en 1937, sólo por detrás de Cerro Porteño (subcampeón), y Olimpia (campeón). Esta fue la mejor temporada del club en Primera División.

Tras hacerse con el quinto puesto en el año, sumada a la gran campaña anterior, el club solicitó a la Liga Paraguaya un permiso a fin de realizar una gira por el exterior. Con el permiso concedido, el club inicia una gira memorable y nunca antes vista por el fútbol sudamericano, embarcándose en pos de dar a conocer a América el fútbol practicado en esta “isla rodeada de tierra”. Fueron por barco hasta Buenos Aires, pasando por Mendoza, Valparaíso y Santiago de Chile, a donde accedieron a través de un viaje en tren. De ahí, a Centroamérica, donde visitaron Cuba, México, El Salvador, Costa Rica, Panamá, Colombia, Curasao, Venezuela y Ecuador.

El primer equipo en un avión

Fue justamente en Centroamérica donde se produjo un hecho histórico para el fútbol local. En vuelo comercial desde San José, Costa Rica, a Panamá; el Club Atlético Corrales se convirtió en el primer club paraguayo en subirse a un avión. En la gira, que duró 380 días, disputaron un total de 53 partidos, ganando 30 de ellos, empatando 9 y perdiendo 14.

Visitaron un total de 11 países y si bien fueron perdiendo jugadores -teniendo en cuenta que 5 de ellos quedaron a jugar en las ligas de los distintos países visitados- también se reforzaron, sumando 12 jugadores extranjeros a su plantilla. Entre uno de los refuerzos se encontraba el mexicano Luis de la Fuente y Hoyos (apodado “El Pirata”) quien por entonces militaba en el histórico Club España, extinto equipo mexicano.

El Pirata Fuentes es considerado uno de los mejores futbolistas de la historia del fútbol mexicano, y también ostenta el mérito de ser el primer azteca en jugar en Europa, tras su paso por Racing de Santander en las temporadas de 1934/1935.

Regreso y desaparición

En su regreso a suelo guaraní, en 1940, el club quedó en el cuarto puesto de la competición, con un visible cansancio por parte de directivos y jugadores por lo que representó la extensa gira. En 1941, y tras malos resultados, sumado al alejamiento de algunos directivos, Corrales terminó en el último lugar. Allí conoció el dolor del implacable descenso que no se aplicaba desde casi 20 años, y que –según reportes- debía volver a entrar en vigencia recién en 1949 en el torneo de la LPF. Fue sólo por ese año que el fantasma del descenso asomó y se llevó consigo a Corrales a la División Intermedia.

Por ironías del destino, en 1949 (año en que debió haber entrado en vigencia la aplicación del descenso) Atlético Corrales, tras haber jugado sólo un par de partidos, dejó de presentarse al torneo y terminó expulsado de la Liga Paraguaya por ese motivo, siendo esa su última temporada. Sólo un año antes, el Estado decidió nacionalizar la Compañía Americana de Luz y Tracción, pasando esta al dominio estatal. Hay quienes consideran lo ocurrido como uno de los hechos que desencadenaron en la posterior desaparición del club.

Así, en 30 años de actividad, Atlético Corrales se metió en la historia del fútbol paraguayo, tras un campeonato que en principio le fue negado, una gira nunca antes vista y jugadores que terminaron siendo leyenda. Fueron 30 años de vigencia, de los cuales 8 fueron en Primera División; primero como CALT, y después con el nombre que todos conocemos, el Club Atlético Corrales.


Por Andrés Rodríguez. @rodriguezandr3s

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Colaborador de Cancha Chica
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