La cúspide de la tabla de goleadores es un espacio exclusivo reservado para los atacantes, aquellos jugadores que dejan afónicos a sus hinchas cada fecha con su especialidad: la definición de las jugadas. A veces este panteón es profanado por jugadores que no viven en el área contraria para subsistir, sino que se dedican a otras tareas dentro del equipo, pero que, gracias a su oportunismo llegando al arco rival o su técnica en las pelotas paradas, se cuelan por la ventana, sorprendiendo a todos.
Este es el caso en el Clausura, donde a pesar que la tabla está comandada por 2 goleadores como Santiago Salcedo y Fernando Fernandez, los siguientes 2 lugares son ocupados por un mediocampista, Blas Díaz, y un defensor, José Leguizamón. Ambos tienen un sello distintivo para sus conquistas y han sido claves en las campañas de sus equipos.
Goles desde San Ignacio hasta Santaní
Al finalizar el 2014 Blas Díaz parecía estar a la deriva. No era tenido en cuenta en el equipo campeón de Libertad, por lo que debía buscar otro equipo para sumar minutos en la alta competencia. Esta oportunidad apareció a comienzos de 2015, al ser cedido al recién ascendido Deportivo Santaní, oportunidad que debía aprovechar al máximo ya que había cumplido 24 años, perdiendo así la justificación de ser una joven promesa.
Al comenzar el Apertura, Santaní fue la Cenicienta del torneo, guiados por los goles de Wilson Leiva. Díaz fue parte indispensable del equipo desde su primer partido, jugando 20 partidos pero como volante de marca. Habiendo jugado todos esos partidos no tuvo un solo gol en todo el torneo. A pesar de no convertir, el mediocampista se destacó al encargarse de las pelotas paradas y por su manejo de los tiempos al pasar de la defensa al ataque.
Para enfrentar el Clausura el ataque del equipo del Tapirucuai quedó huérfano con la pérdida de Leiva y Teixeira. Enfrentando esta realidad, el técnico Alicio Solalinde dio mayor libertad a sus mediocampistas para subir al área, buscando suplir aquellos goles que fueron a otros equipos. Al tener a un recuperador nato como “Lolo” Abente a su lado, Díaz fue el que tuvo más libertad para poder unirse al ataque.
Esta realidad vino como anillo al dedo para Díaz, tomando en cuenta su pasado en San Ignacio, Misiones. Durante su paso en las inferiores del 31 de Julio de esa ciudad se destacó como delantero, y recién cuando cumplió 20 años llegó al equipo gumarelo, donde fue cambiado al mediocampo, posición en la cual ha jugado desde entonces. Los instintos de goleador quedaron guardados en el subconsciente del misionero y salieron a relucir con esta nueva función.
En 6 fechas convirtió 7 de los 11 goles del equipo y asistió en 2 de ellos, un 81% de participación. Su racha comenzó con 3 goles contra el Sportivo Luqueño en la fecha 2 y no paró hasta la fecha 7, pasando de tener solo 1 gol en 32 partidos a tener 8 en 38. Hasta ahora ha convertido más de la mitad de los goles del equipo, demostrando la dependencia que han tenido en su capacidad goleadora.
Sus armas principales son su habilidad para llegar en el momento justo al área rival y su excelente pegada. 3 de sus goles han sido desde fuera del área, la mayor cantidad de cualquier jugador en el Clausura y ninguno de los restantes ha sido convertido en el área chica, diferenciándose de definidores como Fernando Fernández, quien convierte casi el 70% de sus goles a 3 metros del arco. Su capacidad de acelerar desde atrás y aparecer en las zonas despobladas del área también ha contribuido a su faena goleadora, porque aprovecha los espacios que crean sus compañeros y tiene el “timing” para aparecer cuando la defensa menos se lo espera.
El gol que mejor refleja estas cualidades fue ante Guaraní, en un partido que perdieron por 2-1. El toma control de la pelota en el mediocampo y la da a sus compañeros, sin volver a tocarla hasta el momento de definir. En ese ínterin uno ve como se va abriendo hacia el costado para generar espacios, y luego mete una diagonal al medio aprovechando que Roberto Gamarra arrastró la marca de los defensores, dejando un hueco enorme donde el puede definir de primera, con mucha clase.
https://www.youtube.com/watch?v=0tNxscCaonA
En los últimos partidos la fuente de goles de Blas Díaz se ha secado, coincidiendo con la salida de Alicio Solalinde como técnico del equipo. El sucesor de Alicio, Adriano Samaniego, ha mantenido al mediocampista más enfocado en la parte de recuperación de pelotas, lo que significa que tiene menores posibilidades de subir al área y convertir. También ha sido alcanzado por la dura realidad de la regresión a la media, volviendo a la normalidad después de una seguidilla de partidos extraordinarios.
Habrá que ver si Díaz puede recuperar su racha de goles o si la misma fue solo un cúmulo de partidos donde convirtió lo que convertirá en todo el año.
El penalero indiscutido de la ciudad de Luque
Mientras el Kure Luque se destaca en la Copa Sudamericana, en el campeonato local ha tenido una participación plagada por la irregularidad. Su única constante han sido los goles, siendo el equipo más goleador del campeonato con 19 goles. De estos 19 goles 7 han sido, increíblemente, convertidos por su defensa central José Leguizamón. ¿Por qué Leguizamón ahora está entre los goleadores del campeonato? Gracias a los penales. Luqueño es el club con más penales a favor en todo el torneo con 5, todos ellos convertidos por el defensor de 24 años de edad.
En total ha sumado 7 goles en las 9 primeras fechas del campeonato, un número absolutamente fuera de lo común para un defensas, a lo que hay que sumar el gol que convirtió contra Aurora por la Copa Sudamericana. En sus casi 100 partidos anteriores solamente marcó 3 goles, más que duplicando su cosecha goleadora en solo dos meses.
El estilo de rematar penales de Leguizamón no se basa en la variación o el engaño porque casi todos los penales chuta de la misma manera: fuerte y cruzado, a la derecha del arquero. La sutileza no está dentro de sus principales armas al rematar, y cualquier anticipo del arquero hacia aquel lado tampoco ayuda mucho por la potencia y colocación con la que dispara el central, lejos de cualquier estirada. De los 7 penales que ha convertido con el auriazul, 6 de ellos han sido rematados de esa manera.
El trotecito antes de chutar cada penal debe ser un ritual para los buenos penaleros, y Leguizamón no es la excepción. Comienza su movimiento moviendo las piernas como pistones dentro de un motor, acumulando energía para luego subir la velocidad y descargar toda la potencia del cuerpo en el pie derecho. El inicio lento deja en suspenso al arquero, quien ya sabe que se viene un disparo violento, por lo que solo puede cerroar los ojos, esperar y lanzarse a su derecha esperando que el tiro no haya sido suficientemente alto o esquinado.
https://youtu.be/DDFBJe5NIrw?t=2m12s
Uno esperaría que un central sume algunos goles de cabeza, pero este no es el caso del defensa proveniente de Aregua, lo cual se entiende tomando en cuenta que mide solo 1 metro 78, altura normal para la mayoría de las personas, pero bastante por debajo del promedio en una posición que requiere de fuerza física y capacidad de ganar por el aire. Lo que no tiene en altura compensa con velocidad, atletismo y técnica. Esta técnica para jugar y para rematar penales ha sido desarrollada en otra posición del campo.
Al llegar a Luqueño, Leguizamón no jugaba en la defensa, sino en el mediocampo, como volante central. Jugó en esta posición desde su debut en el 2013 hasta mediados del 2014, donde perdió el puesto al asumir Eduardo Rivera. En una entrevista al diario ABC, Leguizamón mencionó que el profe Rivera un día le preguntó si se animaba a jugar como central, y él dijo que si, sabiendo que era su oportunidad para volver a la titularidad. Hace un poco más de un año que juega en esa posición y hoy ya es considerado uno de los grandes centrales del torneo, con nivel de selección.
¿Su mejor gol en el torneo? El tremendo tiro libre que convirtió contra Libertad en la fecha 2:
https://youtu.be/P53oKvlykag?t=6m5s
El punto débil del equipo justo ha sido el sector de su nueva figura: la defensa: Han recibido 15 goles en 9 partidos del torneo y han recibido goles en los 12 partidos que han jugado tanto en el Clausura como en la Sudamericana. Esto debe ser un punto a mejorar para que Leguizamón pueda realmente destacarse como un talento completo, temido por los delanteros y arqueros rivales.
Ambos goleadores sorpresas comparten varias rasgos comunes, tales como haber debutado después de los 20 años y haber cambiado de su posición original con tal de seguir jugando en el equipo. Esto ha hecho que se destaquen, demostrando su estilo híbrido de juego y sobresaliendo por encima del resto de los jugadores. Es posible que duren poco en la punta de la tabla, pero sin importar lo que pase a futuro, ya han dejado su marca como las grandes sorpresas en el panteón de los goleadores de nuestro fútbol.
Imagen principal: Hoy.com.py