El 28 de mayo, el planeta fútbol se estremeció por completo cuando fue golpeado de lleno por un meteorito llamado Loretta Lynch (fiscal general de los Estados Unidos), y por fiiiiin extinguió a los dinosaurios que vivían y reinaban sobre nuestro amado deporte.
Muchos lo llaman “el folclore del fútbol” (cuando un árbitro se equivoca a nuestro favor), otros lo llaman “el negocio del fútbol” (cuando el mismo árbitro se equivoca en contra nuestra), yo le llamo, las malas costumbres que impusieron estos dinosaurios y muchos tomaron ventajas sobre ellas, tanto deportivas como económicas, estas malas costumbres que hasta terminaron en borrar campeonatos y degradar de categorías a equipos tales como la Juventus o salpicar a Boca Juniors de la mano de nuestro más infame referí (Carlos Arecio Amarilla), y miles de otros casos menos recordados y/o mediáticos.
10 meses pasaron del impacto, entre tanta oscuridad y desconcierto, por fin aparece hoy un valiente hombre nuevo, una mejorado nombre nuevo, un personaje sin miedo a los cambios, sin dudar ante lo nuevo, agarró sus 2 piedritas y nos trajo las primeras chispas del futuro, la llama de lo que se viene, la tan anhelada TECNOLOGÍA a las canchas, por más que ya lo haya dicho tantas veces, el POR FIIIIIN, es la reacción que todos los pysatroncos del mundo, como vos y yo, que semana tras semana se entrega a los colores del equipo de sus amores, tuvimos al enterarnos de esto, reacción muy válida por donde se la mire, puesto que somos parte viviente del renacer del fútbol como lo conocemos y vemos todos los días.
Tal vez nos estamos apresurando a festejar, pero, vamos señores, muy poca gente en el mundo alguna vez soñó siquiera, que iba a vivir lo suficiente como para ver la caída de todas las malas costumbres en el fútbol mundial. Ahora a esperar que el remanente de este impacto también llegue a los dinosauritos que siguen escondidos detrás de altos cargos en la Conmebol y así estar a la altura de lo que corresponda, de una vez por todas.
Que Gianni Infantino y su nueva raza, nos devuelvan la alegría de ir a gritar los goles de nuestro equipo de manera genuina, domingo tras domingo, que viva el fútbol señores, que viva el deporte por el cual lloramos más que por cualquier otra cosa, que viva la alegría de pisar una cancha y toda la hinchada te lo reconozca.